#Tucumán cuenta con un nuevo museo en su patrimonio.

El flamante “Museo Histórico Doctor Miguel Lillo y su tiempo” abrirá sus puertas para dar a conocer la vida y obra del emblemático y sagaz científico tucumano. Se lo podrá visitar de lunes a viernes de 9 a 13 h.​

Tucumán contará con un nuevo museo en su patrimonio y acervo cultural y científico. El “Museo Histórico Doctor Miguel Lillo y su tiempo”, dedicado a descubrir más acerca de la vida y la apasionante vocación de este erudito tucumano, abrirá sus puertas en la sede de la Facultad de Ciencias Naturales de la UNT e Instituto Miguel Lillo, ubicado en la calle que lleva el nombre del científico.

   

En el marco del 86º aniversario del fallecimiento del célebre naturalista tucumano se realizó la inauguración de este museo que busca revelar, a través de objetos pertenecientes al científico, la biografía de Miguel Lillo, su vida y sus pasiones. 

Juan Manzur, gobernador de la provincia de Tucumán, destacó la significación de este acontecimiento para los tucumanos. “Uno no deja de sorprenderse a diario con la riqueza cultural y la potencialidad que tiene esta provincia. Hoy damos un paso más en función de reconocer nuestra historia y a nuestros próceres. A los 86 años de su fallecimiento, Miguel Lillo sigue más vigente que nunca. Esto será un faro de atracción a nivel nacional e internacional”, expresó el primer mandatario, que manifestó que es una prioridad para el gobierno provincial el acompañar estos proyectos que acrecientan el acervo cultural tucumano.
Además, aseguró que este será un nuevo polo de atracción para el turismo. “Esto es único. No existe otro museo como este en el mundo. Esto estará abierto para todos los argentinos y todos los que nos vengan a visitar del mundo”, agregó Manzur. 

Sobre la importancia turística que presenta esta nueva colección, Elena Colombres Garmendia funcionaria del Ente de Turismo, explicó que se trata de un museo que viene a ampliar la oferta de la provincia y de San Miguel de Tucumán. “Se trata de un museo que está inmerso en medio de un grandioso bosque de yungas y que se complementa con el ya existente museo de Ciencias Naturales, que representa un enorme atractivo en sí mismo. Al ser Miguel Lillo una figura tan trascendental para un público específico interesado en las ciencias, esto generará una motivación en ellos por conocer su legado y vivir en persona lo que el sabio sembró en Tucumán”, cerró Colombres Garmendia.

El sabio Lillo, un hombre fuera de serie

En la primera sala del Museo, se recuerda a naturalistas que, desde el siglo XVI, recorrieron nuestro territorio e investigaron la naturaleza, los habitantes y sus costumbres, dejando crónicas y estudios. Ellos fueron la inspiración de quienes se interesaron, posteriormente, en las Ciencias Naturales, entre ellos el Dr. Miguel Lillo.
Por otro lado, en la segunda sala se enseña, a través de documentación, que fue el presidente General Urquiza quien promovió los estudios sobre la Confederación Argentina para hacerla conocer en el mundo. A partir de allí, llegaron a Tucumán naturalistas viajeros; entre ellos, Germán Burmeister, Amadeo Jacques, el químico Federico Schickendantz y el doctor Inocencio Liberani, quienes fueron los maestros de Miguel Lillo.
La tercera sala es un lugar especial denominado “La Casa del Sabio”, su hábitat natural. Allí, donde Lillo transcurrió su vida, se exhiben objetos personales, fotografías, mobiliario y dos maquetas de la casa y el instituto realizadas por la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UNT.

El Sabio Lillo dedicó su vida, desde 1914 hasta su muerte en 1931, al Museo de Historia Natural. Es por esto que una sala refleja todo su accionar y el de sus colaboradores en esta prestigiosa institución, entre ellos Rodolfo Schreiter y Abel Peirano.

Una cita obligada del museo es, sin dudas, la gran Biblioteca de Lillo, que contempla unos 8000 volúmenes y contiene joyas bibliográficas que datan desde el siglo XVI. En la sala “Los libros del Sabio” se pueden encontrar importantes obras científicas relacionadas a la flora, la fauna y la cartografía.

Por último, en “Los continuadores de Lillo”, se recuerda a la primera Comisión Asesora Vitalicia, cuyos miembros, por disposiciones testamentarias del sabio, velaron por su legado. Se destacan, entre ellos, los primeros grandes logros como la publicación de Lilloa, el Genera et Species Plantarum y el Animalium.

Sara Peña de Bascary, la museóloga encargada de montar la exposición, explicó que, a partir de la visita al museo, uno puede llegar a conocer al científico en profundidad. “Aquí se detalla cómo era su casa, su habitación, sus objetos cotidianos, que le gustaba coleccionar y a qué ramas de la ciencia se dedicó. Algo desconocido del sabio es que tenía una vocación enorme por la educación y conservó hasta la última libreta de clasificación de sus alumnos”, destacó y agregó que cada sala está acompañada por un video que apoya lo que se expone en ella.

Nacido como Miguel Ignacio Lillo el 26 de julio de 1862 en San Miguel de Tucumán, fue un autodidacta nato y sus estudios abarcaron grandes ramas de la ciencia como la botánica, la química, la zoología e incluso las lenguas indígenas. Multifacético, puntilloso y perfeccionista. En pocas palabras, “un hombre fuera de serie”. 

El flamante museo estará abierto para visitas de lunes a viernes de 9 a 13 h en calle Miguel Lillo 251.

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