Colonia: más razones para volver a un clásico

La ciudad de los farolitos sumó mil plazas hoteleras en cinco años y amplió su oferta gastronómica, sin alterar su ritmo lento y su aire pueblerino.

Dicen que por la Calle de los Suspiros, una de las más bellas de Colonia, ondulada, de piedra, con fachadas de herrajes antiguos, pasaban los esclavos camino a su destino, recién llegados de África. Aún hoy, en noches de luna llena, se escuchan aquellos suspiros y gemidos de tristeza. Es uno de esos cuentos de dudosa credibilidad, pero capaces de disparar la imaginación del viajero hacia tiempos remotos, mientras recorre las calles adoquinadas por donde se cuela el fucsia de las flores de la Santa Rita y el amarillo de los antiguos faroles que de noche las iluminan. "Que no se apaguen las bombitas amarillas/ que no se vaya nunca más la retirada", canta el uruguayo Jaime Roos.

A una hora de barco desde Buenos Aires, hoy en Colonia viven 25 mil personas de las cuales aproximadamente el 10 por ciento son argentinos que se enamoraron de la ciudad y sus ritmos lentos, de su rambla de cinco kilómetros y medio con playas de agua de río limpias, y de sus atractivos para conocer a 5, 10 o 15 kilómetros del centro. El departamento de Colonia posee 14 ciudades importantes para recorrer, como Colonia Suiza y Valdense, famosas por sus deliciosos quesos y chocolates, o Carmelo y Nueva Palmira.

"Colonia es muy variada: se puede venir a descansar, caminar, veranear o conocer la historia a través del Barrio Histórico, tanto de día como de noche: las luces y las sombras son otras y el movimiento cambia", dice Guzmán Suárez, guía de Turismo de la ciudad desde 2003.

El guía recomienda subir al faro para contemplar la vista panorámica de la ciudad, visitar los museos temáticos del casco histórico ( el del Azulejo, con su colección de piezas de origen español y francés; el Portugués, con su techo a cuatro aguas de madera y tejas; el Municipal; la Casa de Nacarello y El Bastión del Carmen), deambular por la zona del Real de San Carlos y lo que a principios del siglo XX fue el complejo turístico de Nicolás Mihanovich, donde está la vieja plaza de toros, el frontón de pelota vasca y el muelle viejo. Esa zona será recuperada próximamente para realizar recitales y espectáculos.

Chivitos, vinos y 4 mil camas

"Desde 2011 hasta ahora sumamos mil plazas en el Departamento de Colonia, en pequeñas posadas y hoteles de una, dos, tres, cuatro y hasta cinco estrellas: actualmente contamos con 4 mil camas. Especialmente invitamos a los argentinos este año ya que nuestros precios son muy competitivos para su país", comenta Andrés Sobrero, director de Turismo de Colonia. Asimismo creció mucho la oferta gastronómica, con lugares donde se sirve cerveza artesanal y restaurantes que nada tienen que envidiar a los mejores de Punta del Este.

Charco, por ejemplo, que abrió sus puertas en 2013, funciona como hotel boutique con huerta propia. En su terraza sobre el río, si el tiempo acompaña, o en el despojado salón de pocas mesas pintado de blanco con pisos de cemento alisado, se pueden probar platos elaborados con materias primas frescas cuidadosamente seleccionadas por el chef Sebastián Araujo. Vale la pena probar la exquisita sopa del día; la pizza de mermelada de cebolla, mozzarela y queso de cabra; los raviolones de espinaca y ricotta con salsa fileto; el wrap de lomo, panceta, cebolla, con crema ácida, guacamole, salsa de frambuesa y pimiento de piquillo o la pechuga de pollo con reducción de naranjas y mirin, puré de boniatos asados y Mascarpone, rúcula y almendras fileteadas, entre otras delicias presentadas amorosamente. Todo regado con vino del cepaje Tannat, que se da tan bien en la otra orilla como el recomendable Atlántico Sur Tannat Rosé 2015 o Pinot Noir 2015, ambos provenientes de los viñedos de Garzón-Maldonado de la Familia Deicas (otras líneas son la Preludio y la Massimo Deicas). Se ofrecen también bodegas boutique que pertenecen al departamento de Colonia como Piccolo Banfi (Estigma). El costo aproximado del menú de Charco (entrada, principal, postre y copa de vino o gaseosa) es de 50 dólares por persona.

Uruguay tuvo un gran desarrollo en la calidad de sus vinos en los últimos años: los memoriosos recordarán otros tiempos en que se tomaban otros líquidos bastante más guerreros, mucho rosado y clarete que aún resiste en los almacenes de barrio de Montevideo.

Otro imperdible de Colonia consiste en probar la cerveza uruguaya con un chivito, filosofía hecha sándwich, según el mediático chef Anthony Bourdain, al concentrar en un solo bocado todas las combinaciones posibles de la lujuria: carne, panceta, mozzarella, tomate, lechuga, huevo, jamón? Según Guzmán, el más completo quizá sea el de Colonia Express (viene al plato con papas fritas, jamón, queso, tomate, lechuga, huevo y ensalada rusa, por si algo le faltaba). Pero también son imperdibles los de Mi Carrito, Churana y la Pulpería de los Faroles, entre otros.

Algunos cuenteros le atribuyen la culpa del chivito a un turista argentino: al parecer, en 1950 había llegado a Punta del Este famélico, proveniente de la provincia de Córdoba, donde había probado carne de ese animal. Se detuvo a comer en el local El Mejillón de La Mansa, con la clara intención de seguir en la misma línea de excesos. Ya había cerrado la cocina cuando llegó el impertinente -porteño tenía que ser-, y pidió chivito: como no había tal carne, le ofrecieron en su defecto un sándwich de carne de lomo con queso y panceta. El atrevido se lo comió con tanta felicidad que el local comenzó a ofrecerlo con ese nombre? Y así nació el chivito. O al menos, el cuento de la creación de este famoso sándwich.

A las tradicionales cervezas Pilsen, Patricia o Zillertal se suma la nueva tendencia de cervezas artesanales. La Chopería Mastra sirve la tabla de degustación para luego elegir la favorita en media pinta, una pinta o botella: american stout, scottish ale y golden aleestán entre las preferidas del público, especialmente la negra (la primera). Se acompañan con buenas pizzas y pastas caseras.

Otros lugares para no perderse son el Mesón de la Plaza, con 20 años de historia en su salón portugués y español; El Portón y Del Carmen Restaurante & Lounge del Radisson Colonia, con un menú turístico por $ 16 dólares y su privilegiada vista a la bahía de Colonia.
Datos útiles

Dónde dormir. Hoteles cinco estrellas como el Radisson Hotel y Casino. Tarifas de domingo a jueves fuera de temporada alta, mínimo 3 noches: U$S 117 por habitación para dos personas, con desayuno incluido y family plan (dos menores de 0 a 12 años, si comparten habitación con los mayores, van sin cargo).

Mínimo 2 noches: U$S 130 por habitación para dos personas con desayuno incluido y family plan.

Para viernes y sábados, los precios van desde U$S 235 por habitación para dos personas, con desayuno y media pensión incluidos, y family plan.

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Fuente: Nación