Lugares tradicionales de Buenos Aires: Café Tortoni

Cuando se visita Buenos Aires, un parada obligada es el célebre Café Tortoni, una leyenda de esta ciudad. Fue inaugurado a fines de 1858 y tomó su nombre de un famoso café parisino donde se reunía la èlite de la cultura de París.

Siempre ha sido el lugar convocante de personalidades ilustres de la cultura y la historia argentina.

Algunos nombres de parroquianos que garantizan su abolengo: Carlos Gardel, Alfonsina Storni, Baldomero Fernández Moreno,Marcelo T. de Alvear, Federico García Lorca, Benito Quinquela Martín, Jorge Luis Borges,Juan Carlos de Borbón, y un largo etcétera de legendarias figuras.

Se puede afirmar que este café es el más antigüo de Argentina y frecuentado en todas las épocas por personalidades de la política, y del arte. Los artistas, justamente, en mayo de 1926, liderados por Benito Quinquela Martín, fundaron en su subsuelo o bodega,"La Peña". Se dice que el propietario del Tortoni en esa época, don Celestino Curutchet, aceptó encantado, porque según sus palabras "los artistas gastan poco, pero le dan lustre y fama al café."

Quinquela la llamaba “el sótano”. El acceso es por una angosta escalera con escalones antideslizantes y fotoluminiscentes, y la sala tiene como capacidad máxima 80 personas. El escritor Conrado Nalé Roxlo definía la bodega como “la ampliación organizada de la mesa del Café donde tuvo su origen; que bien merece recordarse por ser un capítulo muy importante en nuestra historia literaria”.

En este café parece que el tiempo se hubiera detenido y que la intensa vida que se desarrolla afuera, a pocas cuadras de la Plaza de Mayo, es tan sólo un rumor. Tranquilo y ajeno al bullicio, desde una estatua en la vereda sigue desgranando versos el autor de Balada para un loco, don Horacio Ferrer, símbolo de la bohemia porteña.

Carlos Noriega para Tafí Travel.