La ciudad de Colón ofrece un sorprendente complejo de termas, ideal para relajarse y descansar disfrutando del sol y de una vista incomparable del río Uruguay.
En 1996 comenzó a surgir en la superficie la codiciada agua termal que durante años fue buscada por expertos. Durante meses un equipo de alta tecnología estuvo trabajando para llegar a los 1.500 metros de profundidad, donde se encontraba el agua. La ardua empresa atravesó rocas de más de 200 millones de años de antigüedad hasta que se logró alcanzar la napa buscada.
Ubicadas en las cercanías del campo de golf local y con una vista panorámica excelente del río Uruguay y sus blancas arenas, las termas de Colón no sólo han logrado pasar a formar parte del destino turístico de los visitantes, sino que se han encargado de pasar a ser parte del sentido común de los habitantes de la ciudad. Muchos vecinos lograron hacer de estas hermosas termas el lugar de encuentro de sus reuniones cotidianas.
Hoy, el Complejo Termas de Colón cuenta con diez piscinas que alcanzan una temperatura de 36 grados centígrados. Cuatro de estas piscinas se encuentran techadas, lo cual le da al visitante la posibilidad de disfrutarlas en cualquier momento del día y en cualquier estación del año.
Piletas con chorros a presión y duchas forman parte del inventario de estas termas, que además poseen piscinas para niños de muy poca profundidad y controladas por decenas de guardavidas.
Las aguas termales que aquí fluyen son, según los estudios técnicos realizados, de carácter terapéutico y ejercen diversos estímulos que mejoran el funcionamiento de nuestro cuerpo y también revitalizan la mayoría de sus células. Ayudan, por supuesto, a la mente a sentirse bien, a relajarse.
Desde que fueron descubiertas, la bella ciudad de Colón ha logrado crear armoniosamente un microclima donde todos los atractivos turísticos se hallan unidos a la presencia revitalizadora de estas aguas calientes.
fuente: tcer