Cinco destinos de cuento

1- Lake District

Los conejos de Beatrix Potter

La comarca de los lagos es una región del norte de Inglaterra salpicada de estanques, lagunas y demás espejos de agua. Es una de las favoritas de los ingleses durante el verano, incluso desde los tiempos victorianos, cuando Beatrix Potter, autora e ilustradora de las aventuras del Conejo Pedro, se impuso como una de sus más tempranas y mejores promotoras.

En julio la escritora hubiese cumplido 150 años y este aniversario será celebrado tanto en su casa museo de Hill-Top como en el World of Beatrix Potter, en Windermere, a orillas del lago del mismo nombre. Ese lago es el mayor del circuito y de toda Inglaterra. Se dice que un primo de Nessie se esconde en sus aguas... aunque probablemente se trata de otro cuento.

2- Odense

Andersen sigue vivo

Odense es la tercera ciudad de Dinamarca en importancia. Está en el centro de la isla de Fionia y se la conoce por su ciudadano más ilustre, Hans Christian Andersen, cuya casa natal fue transformada en museo.

Como los parques Legoland y Tivoli, es una de las grandes atracciones danesas. Andersen es homenajeado en todo el país con varias estatuas: de hecho, la de su personaje más entrañable, la Sirenita, se convirtió en un símbolo nacional. Pero es en Odense donde su vida y obra se pueden apreciar más intensamente.

El museo dedicado al narrador conserva manuscritos y libros, así como objetos que le pertenecieron, y es el epicentro de un festival Andersen que se organiza cada mes de julio con teatralizaciones de cuentos y desfiles por las calles.

3- Steinau

El recuerdo de los hermanos Grimm

Entre Frankfurt y Bremen, la Ruta de los Cuentos de Hadas cruza buena parte del oeste de Alemania. Rapunzel, la Cenicienta y Hansel y Gretel, entre muchos otros personajes, están presentes en los pueblos, las grutas, los museos, los castillos y los bosques a lo largo de este circuito temática. Son los protagonistas de historias inspiradas en viejos cuentos franceses, que llevaron consigo los hugonotes cuando se refugiaron en el valle del Rin, o bien de profundas raíces germánicas.

En cuanto a sus compiladores, los hermanos Grimm, la cita es en Steinau, el burgo de aspecto medieval donde crecieron. Su casa fue transformada en un museo sobre su vida y su obra. No es el único, ya que existe otro más al norte, en Kassel.

4- Breteuil

El castillo de los cuentos

El castillo de Breteuil, a 35 kilómetros de París y 20 de Versalles, no vio ni nacer ni crecer a Charles Perrault, el autor de la Cenicienta, la Bella Durmiente y Caperucita Roja. Pero es allí donde hay que ir para sumergirse en sus cuentos, que atravesaron los siglos, inspiraron a muchos otros autores y terminaron siendo clásicos del cine gracias a Walt Disney. Los dueños del castillo decidieron atraer visitantes con puestas en escena de varios de aquellos relatos, con muñecos fabricados por el museo de cera parisino Grévin, Pulgarcito, la Cenicienta, Barba Azul o Piel de Asno vuelven a cobrar vida.

La relación entre la mansión y Charles Perrault es bastante indirecta pero existe: el escritor fue también un funcionario importante en la corte de Luis XIV y trabajó estrechamente con el ministro Louis de Breteuil, el señor de aquel castillo durante el Gran Siglo Francés.

5- Collodi

Lo de un tal Pinocho

Carlo Lorenzini escribió muchas obras y conoció el éxito literario a fines del siglo XIX en Italia, pero pasó a la posteridad bajo el pseudónimo de Collodi.

El autor de Pinocho tomó el nombre de su personaje del de un pueblito toscano, de donde era oriunda su madre. Por lo tanto, allí se construyó con total legitimidad el único parque temático dedicado a la más famosa de las marionetas de madera. Es a la vez un museo al aire libre, un parque de diversiones y un homenaje a la obra de Lorenzini.

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Fuente: Nacion